Jaione Camborda: “En el parto de ‘O corno’ me interesaba mostrar una parte mamífera y animal”
Jaione Camborda navega entre el País Vasco que la vio nacer y la Galicia donde lleva años viviendo. “Ambas tierras tienen mucho en común”, dice. Le llevó más de diez años rodar su primera película, ‘Arima’. Lo que no imaginaba es que con la segunda, ‘O corno’, ganaría el Festival Internacional de Cine de San Sebastián, donde nació en 1983, coronándose como la primera mujer española en conseguir la Concha de Oro y con una película rodada en gallego. Para terminar de cumplir el sueño, fue su admirada Claire Denis, presidenta del jurado, quien le entregó el galardón.
‘O corno’ empieza con un largo parto rodado de manera fuera de lo común. ¿Por qué opta por este inicio de alto impacto?
Solemos ver los partos en el cine de una manera más histriónica, y me interesaba mostrar esa parte mamífera y animal. No todo es grito y dolor, buscaba rodar también las pausas que existen. Para mí era un gran reto que deseaba explorar.
En este film, como en el anterior, ‘Arima’, presenta unos personajes que huyen y llegan a un lugar desconocido. ¿Qué le atrae de esta dinámica?
Hay un patrón, sí, un círculo que se cierra con personajes que escapan y van en busca de algo. Existe también en la película un tempo que genera misterio, que acompaña ese parecer que va a pasar algo… Esa incertidumbre existe en la vida real aunque, en realidad, pocas veces pase algo extraordinario.
Tu película tiene una temática muy densa, aborda numerosos temas. ¿Qué era lo que más le interesaba explorar?
Nace de preguntas que estaban muy presentes en mi vida sobre la capacidad de las mujeres de dar vida, y de cómo esta encierra también una relación con la muerte. Comencé examinando eso y en el proceso experimenté la maternidad, lo que enriqueció el proceso.
¿Hacer cine ayuda a encontrar respuestas?
Nunca indago sobre certezas, prefiero abordar incertidumbres y el cine es la forma más justa de compartirlas con el espectador. No me gusta ser una directora que señala respuestas, prefiero que haya un tránsito y una búsqueda más emocional.
Hay mucho de costumbrismo y retrato casi antropológico de la Galicia rural de los 70…
El paisaje y la meteorología eran muy importantes para mí. En A Illa de Arousa las mareas cambian mucho, dejan marismas, y allí las mariscadoras tienen algo especial, hurgando en el lodo con el cuerpo siempre agachado. Buscaba ese contacto tan fuerte con la tierra.
¿En tu caso ha sido cierto lo de que la segunda película es más difícil que la primera?
No, aprendí mucho con la anterior, una película autoproducida muy pequeña. Era un ‘love cost’ que no llegaba ni a ‘low cost’. Tardé mucho en levantarla. Aprendí muchísimo y su humilde recorrido me dio la oportunidad de financiar mejor esta película. Yo había aprendido y tenía más la pulsión o la necesidad de generar más familia en torno a la película. Fue uno de los aprendizajes que tuve, así que desde el principio me esmeré mucho en generar esa película. Tuve la suerte de rodearme de productoras como Andrea Vázquez y María Zamora, que me ayudaron a dar empaque al proyecto. Apoyarme en esa familia de compañeras me dejó crecer.
¿Quiénes son tus referentes a la hora de hacer cine?
Vienen de muchos lados. Vengo de un cine más experimental y en esta película he tenido como referente importante a Artavazd Pelechian, con su pieza ‘Vida’ en la que retrata un parto. Es un autor que explora mucho la relación entre el hombre y el mundo animal. Es un referente importante, pero son múltiples los que tengo. Algunos no sabes ni que están en ti y, de pronto, eclosionan. A veces sucede que una película en sí no te interesó mucho, pero se quedó algo, así que al final hay un compendio muy grande de influencias.
Se te engloba dentro del Novo Cinema Galego. ¿Te reconoces parte de una generación con características comunes?
Nos une mucha pasión por el cine y mucho apoyo mutuo. Hemos generado una familia en la que siempre nos ayudamos unos a otros. He hecho dirección de arte de películas de Lois Patiño, he estado muy presente en otros proyectos de mis compañeros. Sí a nivel de red de hermandad hemos estado muy unidos. Pero, por suerte hacemos un cine muy heterogéneo. Nació con unos patrones similares que podría ser una forma de rodar diferenciada de la formación única, pero ha dado películas muy diversas que se han aunado bajo un paraguas que se llama el Novo Cinema Galego. Todos los que hemos visibilizado el cine gallego estamos en contacto.